Historia

210 años de la Revolución de Mayo, celebración en cuarentena

Por Walter Calabrese *

La conmemoración de esta jornada patria nos invita a pensar y debatir sobre aquellos sucesos del pasado que han dejado huella en nuestra historia. Sin duda, la llamada Revolución de mayo de 1810 significa un punto de partida para empezar a hablar de los albores de nuestra Patria. Pero ese inicio no está exento de controversias y versiones, de aspectos instituidos y conservadores, de falaces imágenes construidas a fuerza de discursos tradicionales y elitistas que, desde la pedagogía liberal, interpretaban y buscaban edulcorar los hechos de la gesta revolucionaria para justificar una disposición de un modo de mirar al mundo centrado en Europa, y más tarde en EEUU, en desmedro de cualquier cultura latinoamericana.

De las ideas iluministas de Mariano Moreno fue naciendo la concepción de un plan revolucionario para emanciparnos de España. Junto a Castelli y Belgrano pertenecían a una élite ilustrada que sabía muy bien lo que quería, tenían claro que no debían estar bajo el dominio español, porque lo veían como un reino arcaico, atrasado y terminado. En febrero de 1810 casi todo el territorio de España estaba en manos de Francia, un Consejo de Regencia gobernaba suplantando a Fernando VII, quien era prisionero de Napoleón. Luego, su hermano José Bonaparte se quedaría con el trono.

Mariano Moreno, personaje fundamental en la semana de mayo

Hacia el 13 de mayo, llega a Buenos Aires la noticia de la caída de la Junta Central de Sevilla, el último espacio de poder que había resistido la invasión. Por tanto, el cargo del Virrey Cisneros en nuestro territorio había caducado y su autoridad quedaba pendiendo de un hilo. Esa debilidad y la imperiosa necesidad de desplazar al régimen colonial impulsaron a ese grupo ilustrado a movilizarse en medio de una coyuntura externa que propiciaba el cambio de régimen. Belgrano, Chiclana, Castelli, Paso, Moreno junto a otros que estaban convencidos de que el tiempo había llegado, se reunieron en la mítica jabonería de Vieytes y en la casa de Rodríguez Peña.

Primera Junta de Gobierno

El 25 de mayo, parte del pueblo de Buenos Aires se reunió en la actual Plaza de Mayo cuando en el Cabildo se creaba la Junta Provisoria Gubernativa del Río de la Plata, que estaba integrada por Cornelio Saavedra, presidente; Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu, Juan Larrea, vocales; y Juan José Paso y Mariano Moreno, secretarios. Quedaba así conformado el llamado primer gobierno patrio.

Cornelio Saavedra, su actuación fue vital para desplazar a Cisneros

Algunos historiadores piensan que en aquella jornada de 1810 hubo una revolución. Otros, repensando lo pensado llegaron a otras conclusiones, considerando que solo fue una revolución minoritaria de un grupo ilustrado, que no tuvo las dimensiones de una revolución popular como en Francia, en donde hubo un cambio radical del orden social. La Revolución de mayo, como hecho político, fue un cambio de gobierno que inicia el proceso para modificar las condiciones que imperaban durante el virreinato, que afectaban la vida social, económica y cultural.

En los ideales de la élite ilustrada había admiración por Gran Bretaña en lo económico y por Francia en el ámbito cultural. Para Moreno, estos países eran la modernidad occidental, lo contrario del virreinato absurdo de una potencia colonial desmembrada. Por eso consideraba que Buenos Aires debía integrarse a esa modernidad, había diseñado un Plan de Operaciones para poner la riqueza en el centro del Estado. Pero su plan fracasó por no tener un trato amable con las provincias.

Gran Bretaña no se estableció en nuestro país de manera directa, sino que lo hizo a través de acuerdos comerciales. Su plan se remontaba a la época de las invasiones inglesas, cuando George Canning, ministro inglés, afirmó:” basta de invadir territorios periféricos, nosotros si queremos entrar al Río de la Plata no vamos a entrar como guerreros, tenemos que ingresar como comerciantes”, y así entraron con sus manufacturas, comercios y sus empréstitos (la banca Baring y Rivadavia). De esa manera, el neocolonialismo de Inglaterra sometió a nuestra economía durante muchas décadas.

Para José Pablo Feinmann (1)“la historia es el vértigo de las interpretaciones sobre la historia”. Piensa que la Revolución de Mayo fue un cambio de administración, que no fue una revolución. Se desplazó al virrey, representante del poder español, y se puso el poder nacional, el de la Junta de Mayo, encabezada por Moreno, en lo político y Saavedra en lo militar. Era sólo el primer paso de un largo camino a casa.

José Pablo Feinmann, en Canal Encuentro

El historiador Eric Hobsbwam sostenía que “las revoluciones son consecuencia de procesos históricos y de construcciones colectivas. Para que una revolución exista es necesario que haya una nueva unión de intereses frente a una vieja unión de éstos”. En este sentido, cabe preguntarnos si ese hito histórico pudo romper definitivamente con el viejo régimen colonial. No debemos olvidar que la Primera Junta juró lealtad y fidelidad a Fernando VII, el rey depuesto. La revolución de mayo marcó una ruptura con España, pero no supo redefinir la forma de gobierno, ni proponer una Constitución, no pudo unificar las ideas y necesidades de las provincias para consolidar un territorio nacional Tampoco declaró la independencia. No obstante, la semana de mayo constituyó un punto de partida para que todo aquello pudiera ocurrir luego.

En el pensamiento de Moreno se preparaban ideas revolucionarias, escribía que “El mejor gobierno, forma y costumbre de una Nación, es aquel que hace feliz al mayor número de individuos… Las fortunas asignadas a pocos individuos, a proporción de lo grande de un estado, en nada remedian las grandes necesidades de los infinitos miembros de la sociedad”. Como abogado y periodista, su pluma invitaba a la reflexión, reivindicaba la importancia de la instrucción y la educación como método para combatir las tiranías, la imperiosa necesidad de controlar la conducta de los funcionarios y constituir una organización federal de gobierno. Sostenía que “el pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal”.

Mariano Moreno también enfatizaba que “si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce, lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía”.

La figura de Mariano Moreno fue determinante en el desarrollo de los eventos de mayo de 1810. Su trágica muerte en alta mar mientras viajaba hacia Londres deja nuevas sombras en nuestra historia.

La gesta de mayo de 1810 nos brinda una magnífica oportunidad para volver a mirarnos en el espejo de la historia para repensar nuestro pasado y comprender, tal vez, como antes y siempre, que depende de nosotros como comunidad, con nuestras conductas y acciones, mejorar y crecer en nuestra calidad de vida como sociedad. Quien no entiende la historia corre el riesgo de volver a cometer los mismos errores. Hoy, 210 años después, no hemos podido romper con los aquellos lazos coloniales que siguieron enquistados en la mirada de una élite anti-iberoamericana que favoreció los negociados con potencias extranjeras a partir de políticas de apertura económica indiscriminada en desmedro del patrimonio nacional. Pensar la Patria en el siglo XXI requiere de nuevos compromisos en donde la solidaridad se alinee con los valores de la justicia social, para reivindicar la independencia económica, la unidad latinoamericana y la soberanía científico-tecnológica.

Los proyectos de Nación, Canal Encuentro

Pensar en la patria es también hermanarnos a través de las costumbres que nos unen, es discernir qué nos distancia, entender cómo nos atraviesa la historia en común como pueblo, es pensar cómo estamos construyendo esa argentinidad que tanto nos cuesta definir porque fuimos formados en un crisol de razas. Para responder algunas de estas preguntas es válido citar al filósofo argentino Rodolfo Kusch (2): “A partir de saber quiénes somos, cual es nuestro legado cultural, nuestra memoria colectiva, podremos marchar como unidad histórica significativa en la búsqueda de nuestro destino como pueblo”. Kusch remarcaba “la necesidad de reencontrar el sujeto latinoamericano, es decir, a ese ‘hombre total’, que ha sido desdoblado y des-constituido desde las colonias”.

El aporte de Kusch (3) nos invita a pensarnos desde nuestro territorio, afirma que “no hay historia sin imperio, no hay historia sin posicionamiento colectivo, y nuestra posición es americana, con los lazos implícitos, que nos deja la colonialidad en la cultura, la economía y la política. Es desde donde partimos, donde estamos parados”. La mirada del filósofo Rodolfo Kusch nos obliga a “cuestionar lo obvio, para ampliar los horizontes de lo fagocitado que nos inhibe de generar otro relato, otra acción, pero en comunidad”.

Tomando como referencia a Kusch podemos revisar qué relatos han nutrido nuestro sistema de creencias desde la historia que nos contaron y, a partir de allí, iniciar un recorrido para repensar el concepto de Patria y qué es ser libres.

Hoy, la pandemia y la cuarentena nos ha tomado por sorpresa y estamos «adaptándonos» a esta nueva vida de aislamiento. Pero la crisis también nos plantea un desafío, la de ser fuertes para seguir adelante venciendo obstáculos y ausencias. No estamos en las aulas, ni en las oficinas, pero estamos firmes procurando mantener la continuidad laboral y educativa desde nuestros hogares. También el Estado está presente acompañando a quienes no pueden trabajar por la cuarentena. Cada uno hace su aporte a la Patria.

En el contexto de esta fecha histórica hablar de Patria es reconocer los gestos cotidianos, es cuidar a los seres queridos, es ser solidarios manteniendo la distancia social en la calle, es respetar la cuarentena, aunque duela el hastío, es respetar al prójimo procurando que no le falte nada, es luchar contra la desigualdad, contra la brecha digital, es valorar el gran esfuerzo que está haciendo el Estado Nacional para sostener el país en este difícil momento.

Pensar la Patria en esta fecha también es hablar de libertad. Seamos libres para soñar, porque eso importa en todo tiempo. Seamos libres para soñar que mañana todo mejorará, que este mal sueño de la pandemia pasará para dar paso a los proyectos. La solidaridad y el respeto nos hará más libres. Porque si seguimos soñando con una Argentina mejor honraremos a aquellos patriotas que lucharon por nuestra independencia.

Estimados compatriotas, no bajen los brazos, manténganse activos, busquen y abracen la sabiduría, que es una buena compañera, adopten la creatividad como hábito cercano,  luchen siempre por sus sueños, aunque la incertidumbre no permita ver posibles horizontes, por ahora. El sol de la gesta de mayo brillará nuevamente en la Argentina, solo hay que soñarlo y trabajar duro por ello. Así, entre todos, sin grietas y con justicia social, pondremos nuevamente a la Patria de pie.

*Analista Internacional

Notas

  1. Feinmann, José Pablo [Canal encuentro] (2010, mayo, 18) El Iluminismo y la Revolución de Mayo. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=dhBtVBRulTU
  2. Tasat, José A. (2013, febrero, 5) El pensamiento de Rodolfo Kusch, estar siendo en América Latina: “un pensamiento que conlleva la esperanza de otro horizonte humano”. Centro de Estudos Sociais Universidad de Coimbra. Disponible en https://ces.uc.pt/pt/agenda-noticias/agenda-de-eventos/2013/el-pensamiento-de-rodolfo-kusch-estar-siendo Fecha de consulta (2020, mayo, 25)
  3. Kusch, Rodolfo (1976) Geocultura del hombre americano. Buenos Aires, Argentina: Fernando García Gambeiro editor.


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