Córdoba: Triunfo de Llaryora
Por Walter Calabrese*
En la jornada del domingo 25 de junio los cordobeses acudieron a las urnas para elegir los cargos de gobernador, vicegobernador e integrantes del Tribunal de Cuentas. Cuando se llevaban escrutadas el 94,9 de las mesas, Martín Llaryora vence a Luis Juez por una diferencia de 3 puntos.
En tanto, el retraso en el recuento de los votos produjo cruces y tensiones entre Llaryora y Juez, la lenta labor de la empresa privada Ocasa generó quejas entre ganadores y perdedores, por lo que el dato final del escrutinio se conocerá el miércoles con el conteo de votos definitivo. El candidato oficialista, Martín Llaryora, de Hacemos Unidos por Córdoba se proclamó triunfador con el 42,76 por ciento de los votos y se lamentó de que su adversario de Juntos por Córdoba, Luis Juez, no reconociera la derrota.
“Imagínate que ganaste el partido pero te quieren dar la copa dentro de 10 días”, comentó Llaryora a los periodistas sobre el recuento de votos y afirmó, además, que su partido fue el más perjudicado por la demora. “Todos los agravios que nos dijeron nos duelen porque hemos hecho un gran esfuerzo, como todos los candidatos”, concluyó finalmente Llaryora.
En la vereda de enfrente, Luis Juez anunciaba que no reconocería la victoria del peronismo hasta que haya finalizado el escrutinio definitivo, demorado por distintas fallas en el conteo inicial.
“Todo el mundo tiene las actas y todos sabemos que la tendencia es irreversible. Tenemos el conteo provisorio con más del 90 por ciento de los datos y con una diferencia a nuestro favor de más de 50 mil votos”, manifestó Llaryora cerca de las 2 de la mañana. El candidato del peronismo cordobés reconoció las dificultades en el conteo de los votos, pero aclaró que esa situación no era responsabilidad del oficialismo. “No es nuestra culpa”, y sostuvo que «pese a las demoras la tendencia es irreversible” y que los que más se perjudican por la lentitud en el recuento eran los cordobeses y “nosotros”, porque “nos merecemos festejar después de tanto esfuerzo”.
La elección arrojó otros datos, hubo una menor participación de la ciudadanía, solo el 68,27 por ciento de los inscriptos en un padrón con 2.984.631 habilitados para sufragar se acercaron a las urnas.
Además, el ajustado resultado va a cambiar la dinámica de la legislatura, puesto que el oficialismo perdería la mayoría. Por el sistema D´Hont, Unidos por Córdoba obtendría 20 bancas, del mismo modo que Juntos por Córdoba, así, la oposición podría alcanzar la mayoría si le suma los apoyos de los libertarios y del frente antiderechos encabezado por Encuentro Vecinal. El Frente de Izquierda que obtuvo una banca podría buscar el equilibrio en la legislatura, pero no darían los números, puesto que el kirchnerismo tuvo su peor elección en la provincia, apenas alcanzó el 2 por ciento de los votos, por lo que no sumará ningún legislador.
Las razones de la victoria de Llaryora tienen que ver con la gran cosecha de votos en la Capital, donde le sacó 7 puntos a Juez y en San Francisco. El mapa electoral tras los comicios marca a grandes rasgos una tendencia, que el norte de la provincia fue conquistada por el oficialismo y que el sur, con un componente mayoritariamente agropecuario, quedó en manos de la oposición.
Llaryora también se refirió sobre cómo será su gobierno y agradeció a “todos los cordobeses, a los que me votaron y a los que no”, y remarcó que “empieza una nueva era, somos una nueva generación, tenemos otra manera de hacer política”, palabras que apuntan a marcar una diferencia con las anteriores conducciones de Schiaretti y De la Sota. No obstante, el inicio de la nueva gestión lo encontrará con menor músculo político que sus antecesores, por la composición de la nueva legislatura. Si bien prolongará los 24 años de hegemonía del peronismo cordobés, necesitará de una gran cintura política para maniobrar ante una oposición más nutrida y concentrada en otros enfoques ideológicos.