Trump se defiende y sostiene que sufre persecución política
Durante un mitin en Georgia, Donald Trump intenta utilizar para su campaña la acusación en su contra por ocultar documentos clasificados, aduciendo que es víctima de una voraz persecución política. Hay que recordar que Trump todavía es el candidato mejor posicionado para la nominación del Partido Republicano de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
«La ridícula e infundada acusación contra mí por parte del Departamento de Injusticia de la administración Biden pasará a la historia como uno de los más horribles abusos de poder de la historia de nuestro país. Muchos lo han dicho, incluso demócratas. Esta despiadada persecución es una parodia de la justicia», afirmó el ex presidente ante sus seguidores en Georgia.
El Partido Republicano ha salido en su defensa y sigue cosechando más adherentes, algo que no le es ajeno a Trump, el utilizar ataques en su contra para movilizar las bases y ganar mayor protagonismo mediático. Además, la causa le es útil para atacar nuevamente a Biden, señalándolo como el instigador de una causa armada en su contra para correrlo de la contienda electoral del próximo año. En esa contraofensiva Trump obtiene rédito político ante sus seguidores.
Hace unos días, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, escribió en Twitter que “es inconcebible que un presidente procese al principal candidato que se opone a su partido. Joe Biden guardó documentos clasificados durante décadas”. En otro tuit agregó que “todos los estadounidenses que creen en el estado de derecho, apoyamos al presidente Trump contra esta grave injusticia”.
La defensa que esgrimen los republicanos no quita que la situación sea grave, puesto que Trump había enviado cajas con documentación clasificada desde la Casa Blanca a su lujosa mansión de Mar-a-Lago, en Florida. Además, se lo acusa de no haber resguardado ese material debidamente, puesto que estaban tirados en habitaciones con fácil acceso, y también se lo imputa por haber divulgado parte de esos documentos en fiestas privadas. Otro hecho agrava su situación, que aparece relacionado con la noticia que se filtró en 2021 cuando mostró a un periodista que estaba escribiendo un libro papeles que formaban parte de los secretos de Estado para un plan de ataque y operaciones militares.
Por esas irregularidades con el manejo de documentación clasificada el ex presidente Donald Trump fue citado para declarar ante una Corte Federal de Miami el martes 13 de junio.
Lo cierto es que su figura no deja causar polémicas y sumar adhesiones, una extraña paradoja que se repite en un país donde la justicia mantiene cierto status y respeto de su población. O será que la extrema derecha ha encontrado, en una deshilachada versión de la rebeldía, el modo de captar la atención del homo ludens, tal como lo veía el neerlandés Johan Huizinga, en donde todo es juego. En ese terreno, Trump es un hábil titiritero de las imágenes y las palabras estridentes para crear un juego de guerra de guerrillas mediático. Es ante las cámaras donde el magnate se siente como pez en el agua y navega con excelsa desfachatez.