Desprendimiento de hielo gigante en la Antártida
El cambio climático viene dando estocadas en distintos lugares del planeta, en el hemisferio norte se vienen sucediendo olas de calor récord, mientras que en el sur se transita un invierno más cálido. La Antártida no es una excepción, allí el hielo marino suele reducirse en los meses de verano, particularmente en febrero, para luego reconstituirse durante el invierno. En estos días, ese proceso de recomposición no ha sucedido, por el contrario, se ha desprendido un bloque helado de 2,6 millones de kilómetros cuadrados, una dimensión equivalente al territorio argentino.
El fenómeno geoambiental mantiene desconcertado al mundo científico, puesto que el hielo del mar antártico, que habitualmente merma a sus niveles más bajos sobre fines de febrero no se ha reconstruido en este invierno en los niveles esperables. Lo que ha despertado las alarmas es su nivel más bajo en el registro que debería tener para esta etapa del año, comparado con los números que se vienen tomando desde hace 45 años.
La capa de hielo se encuentra a 1,6 millones de kilómetros cuadrados por debajo del récord anterior, registrado en el invierno de 2022, según un informe provisto por el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC, en sus siglas en inglés).
Datos comparativos entre 2023 y 2022
En el mes de julio, el hielo marino de la Antártida estaba 2,6 millones de kilómetros cuadrados por debajo del promedio de 1981 a 2010. Eso representa un área tan grande como Argentina o la zona sur de los Estados Unidos.
Florence Colleoni, glacióloga del Instituto de Oceanografía y Geofísica Experimental de Trieste, señaló que la situación debe ser monitoreada periódicamente. La investigadora, que había realizado dos viajes a la Antártida, remarcó que a diferencia del Ártico, donde ya existe una marcada tendencia a que se reduzca el hielo, resulta apresurado considerar que en la Antártida ocurra el mismo fenómeno de deshielo.
Colleoni, además, subrayó el papel que hoy juegan la contaminación y el calentamiento global, que sin duda magnifican el impacto de ciertos sucesos ambientales. También, puso énfasis en las prioridades del planeta, como la de invertir rápidamente en la búsqueda de energías limpias y optimizar el uso de la misma para encontrar sistemas sustentables en la producción de bienes.
“El océano se ha calentado de manera acelerada, pero estamos subestimando esta velocidad. Todavía no sabemos cuál es la influencia del calentamiento global, pero ciertamente amplifica el impacto de algunos fenómenos”, destacó finalmente la científica.
Cuidar el continente blanco
El área ocupada por la Antártida, es concretamente un continente cubierto de hielo rodeado por el océano, que mantiene el 90 por ciento del hielo del planeta. Esa cobertura, llamada “manto de hielo”, es una gran masa helada de origen terrestre que se fue formando por miles de años, en donde se acumuló y compactó enormes capas de nieve. Así, la prolongación sobre el mar del manto conforma una plataforma de hielo flotante, que está compuesto por el manto de hielo de la Antártida Oriental y el de la Antártida Occidental. Este último, tiene su mayor extensión apoyada sobre una base rocosa situada por debajo del nivel del mar. De esa manera, alrededor de la Antártida, la masa de hielo marino que se nutre del agua del océano aumenta en invierno y disminuye en verano.
No obstante, el continente antártico no se ha podido librar de las consecuencias del cambio climático. Por el contrario, ya sufre los síntomas que trae el calentamiento global, porque el aumento de la temperatura a altas latitudes es más intenso que el incremento de la temperatura media global. La retroalimentación hielo-albedo es uno de los procesos que puede explicar este fenómeno, que se lo conoce como “amplificación polar”. Esto indica que el aumento de la temperatura cerca de la superficie permite la fusión del hielo, lo que contribuye al aumento de la temperatura. Ese proceso sucede porque el albedo (la fracción de energía solar que es reflejada por una superficie) del océano y del suelo subyacente es menor al del hielo.
Durante los últimos cuarenta años, el calentamiento global paulatinamente permitió la disminución de la extensión media del hielo marino en el Ártico, aunque no había sucedido en la Antártida. Ahora, la tendencia parece cambiar para el continente blanco situado al sur de la Argentina, una tarea que desvela a la comunidad científica.
La naturaleza nos advierte cada día del deterioro del planeta, sequías, inundaciones, deshielos, olas de calor, incendios interminables, huracanes cada vez más voraces. Pero el hombre se mantiene indiferente, sigue exprimiendo la tierra, contamina las aguas, los cielos y las napas subterráneas creyéndose dueño absoluto. Mientras tanto, el planeta cruje y grita su dolor de mil maneras.