Notas de campaña: cómo contrarrestar el bajo presentismo, la apatía y el voto en blanco.
Por Walter Calabrese*
La justicia electoral advierte sobre las multas que habrá para quienes no asistan a las urnas
La jueza electoral María Servini salió a recordar que el voto es obligatorio y que quienes lo incumplan serán sancionados. Su intervención tiene que ver con la baja participación del electorado en algunas provincias donde ya se ha votado.
Servini recordó que el voto es obligatorio y quienes no asistan para emitir su voto deberán pagar una multa, a la vez que no podrán realizar gestiones o trámites ante los organismos estatales nacionales, provinciales o municipales por un año y no estarán en condiciones de ejercer cargos públicos durante cuatro años. Esta referencia tiene que ver con lo establecido por la ley y por el Código Nacional Electoral, pero el recordatorio de la jueza electoral María Servini surge ante la percepción de un descuido de la población ante la responsabilidad de acudir a los comicios, que se tradujo recientemente en una merma de la participación en las elecciones provinciales, en particular, por lo sucedido en Córdoba que tuvo un bajo presentismo.
Además, la jueza dispuso realizar una prueba para evaluar el funcionamiento del sistema de elección concurrente en CABA: elección nacional en una urna, cargos de la ciudad en otra urna, este último con voto electrónico. El examen se hará en la escuela Nicolás Avellaneda, cerca del Palacio de Tribunales, donde la jueza tiene las oficinas del juzgado electoral.
En anteriores elecciones se comenzó a percibir que un sector de la población no toma con toda la seriedad necesaria la responsabilidad cívica de ir a votar, y que eso no le trae ninguna consecuencia, como si ya no fuera obligatorio. Algunos partidos creen que pueden sacar alguna ventaja con ello, como Juntos por el Cambio que intentó presentar un proyecto para que el sufragio sea voluntario, situación que fue rechazada por el peronismo, aludiendo que quienes no concurren a votar son aquellos que pertenecen a los sectores más necesitados y que cuentan con menores recursos para acercarse a los lugares de votación. Así, la marginación es económica y política a la vez.
Algunos especialistas en el tema argumentan que la sanción económica es muy baja, serían unos 50 pesos y que las restricciones para hacer trámites no se aplica masivamente. Frente a esas actitudes de la población, la jueza Servini se dispone a tomar medidas.
Aunque se menciona que hubo más ausentismo en las elecciones provinciales realizadas hasta ahora, el fenómeno obedece a distintas razones. Marcos Schiavi, Director Nacional Electoral, afirmó que “hay que ser cautelosos al evaluar el presentismo. Es cierto que después de la pandemia aumentó el porcentaje de personas que no votan, pero depende mucho de cada caso. En Tucumán y San Juan, por ejemplo, votó la misma proporción que hace cuatro años. En dos provincias donde los resultados estaban como cantados, Río Negro y Corrientes, la participación bajó, mientras que en Neuquén, donde era muy pareja la competencia, se mantuvo. También el instrumento de votación es importante: en algunos casos la gente no supo cómo marcar en distintas categorías de voto. Hay un hecho que es verdad: antes, la cuestión de que la gente vaya a votar no era un tema de campaña, ahora es un tema de campaña”. Esto es, antes la mayoría de la población mantenía su conciencia cívica, era un deber concurrir a las urnas y ahora hay que persuadir para que concurran a los centros de votación a los que están en duda, decepcionados o alejados de la política.
Los analistas políticos y encuestadores consideran que una baja concurrencia en los comicios es un mal presagio para el peronismo, pues el mayor número de sus seguidores se encuentra en las capas sociales más humildes, que están menos politizados y son los que suelen ausentarse. Para la campaña de Unión por la Patria será clave poder movilizar todos los dispositivos posibles para que el elector llegue a las urnas. Tal vez, una de las claves pase por la capacidad de movilización que disponen los intendentes y las gobernaciones para buscar el voto casa por casa.
Schiavi sostiene que ha aparecido un elemento nuevo en el escenario electoral y que ha modificado algunas estrategias de campaña, puesto que ahora “que la gente vaya a votar es un tema de campaña”, porque la obligatoriedad ya no empuja a la gente a votar.
Algunos datos para tener en cuenta
Desde la vuelta de la Democracia en Argentina, la participación ciudadana en las elecciones siempre había estado por encima del 70 por ciento. La excepción supo ser las PASO de los comicios legislativos de 2021, que fueron realizadas en el complejo contexto de la pandemia de COVID-19. En esa ocasión, hubo una participación del 68 por ciento, siendo la elección con más baja concurrencia.
Por eso, el ausentismo registrado en lo que va del año encendió las alarmas, puesto que en la mayoría de las elecciones provinciales hubo una merma en la participación de la ciudadanía respecto de 2019. Esa tendencia empezó a notarse en marzo, cuando se celebraron los comicios para gobernador en La Pampa. Desde esa fecha, los consultores empezaron a tomar nota de dos fenómenos electorales: una menor cantidad de personas concurriendo a votar y un incremento del porcentaje de votos en blanco y nulos en relación con 2019.
Para graficarlo, en las elecciones de Santa Fe hubo una abstención cercana al 35 por ciento y el voto en blanco superó el 10%. Con estos datos, la Cámara Nacional Electoral comenzó a analizar la implementación de medidas.
En relación con lo expuesto, un informe del centro de Investigación para la Calidad Democrática (CICaD) remarcó que en 15 de los 17 comicios realizados en el año se ha registrado una merma del 4,55 por ciento en promedio de participación de la ciudadanía comparado con el 2019. Si a ello se suman los votos nulos, la concurrencia se ha reducido en siete puntos.
En otras provincias, el descenso de la participación en los comicios ha sido muy significativo. San Luis, por ejemplo, encabeza el ranking con una baja del 16,46 por ciento respecto de 2019. También, las legislativas de Corrientes, con una baja del 13,16%, las PASO de Mendoza, con una merma del 11,72%, y las generales de La Rioja, con un 10,63% menos de electores.
Ese comportamiento se repitió en Misiones (7,55% menos) y Córdoba (4,51%). En San Juan se registró una disminución de cinco puntos en la participación entre el 14 de mayo, cuando se votaron cargos legisladores, intendentes y concejales, y las del primer domingo de julio, cuando se acercaron a las urnas para elegir gobernador. En cambio, en Tucumán y Formosa, casi no hubo mermas en la participación pero sí un leve crecimiento del voto en blanco.
En efecto, las provincias donde más se incrementó el voto en blanco fueron Tierra del Fuego (14,48%), Río Negro (6,34%), Mendoza (6,01%) y San Juan (en mayo, 4,66%), según informó el CICaD.
Para algunos politólogos, el fenómeno de mayor ausentismo electoral y el incremento del voto en blanco responde a un cierto rechazo de la población hacia los candidatos que se han postulado este año, Además, señalan que esa bronca no ha sido capitalizada todavía por ninguno de los políticos postulados.
El analista político Carlos Germano afirma que “el protagonista central de esta elección es la abstención. Si nos manejamos desde marzo hasta la fecha en las elecciones provinciales, a excepción de Formosa y Tucumán, en las demás provincias el promedio fue entre 30% y 35% que no fue a votar. Este es otro de los grandes desafíos que tiene toda la dirigencia política en general”.
Otro informe, elaborado por Creencias Sociales desde el observatorio Pulsar de la Universidad de Buenos Aires, indica que el 25 por ciento de ciudadanos y ciudadanas de la Argentina no está “nada interesado” en la política. “La apatía política corroe incluso los valores democráticos”, concluye el estudio.
Con las PASO como primera vuelta el oficialismo sale a incentivar la asistencia, desde la Provincia de Buenos Aires se ha comenzado a trabajar puntualmente en esa consigna, buscando que la población se involucre más y participe de la campaña. Es importante recordar que en el territorio bonaerense no hay segunda vuelta, a diferencia de lo que ocurre en nación o en CABA. Por ello, las PASO del 13 de agosto en la Provincia de Buenos Aires serán para Unión por la Patria como la celebración de la primera vuelta.
Hace pocos días, el ministro de Transporte, Jorge D’Onofrio resaltaba que “hay un sector que no está del todo contento y lo ha expresado no yendo a votar”. Así, “el gran desafío que tenemos es ir a explicar, a convencer puerta por puerta, primero qué es lo que está en juego que es el futuro de la Argentina. A eso se llega con el mano a mano, el boca en boca en cada fábrica, en cada casa”, resumió D’Onofrio. También la senadora Teresa García se manifestó en el mismo sentido: “el gran enemigo es el bajo caudal electoral. Ese es el riesgo. Hay que apelar a que la gente vaya a votar, porque va a decidir sus próximos cuatro años”.
La campaña electoral se acerca a la meta de las PASO, los pilotos de cada escudería van exponiendo sus estrategias para llegar con el mayor impulso, pero el gran interrogante que se filtra en ese recorrido es si podrán persuadir al electorado para que salga de esa apatía que los aleja de las urnas. Habrá que restablecer la cercanía con el elector en el cara a cara, golpeando cada puerta para ganarse nuevamente su confianza. Una tarea ardua, hoy es necesario encontrar esa sintonía fina en un relato que pueda volver a emocionar, en un diálogo que invite nuevamente a creer que la política todavía puede encender una épica convocante, dibujando horizontes posibles y realizables.
*Analista Político