Pensar la Patria para cuidar a todos
Por Walter Calabrese *
Año electoral, tiempo de discursos y batallas mediáticas. Eso no debe alarmarnos, también puede ser una etapa para la reflexión y la autocrítica. La decisión del voto es multifactorial, inciden los alineamientos ideológicos, la coyuntura, el bolsillo, el voto anti alguien, o también pensar en darle una nueva oportunidad a quien antes hizo las cosas bien.
Como ciudadanos tenemos una responsabilidad indelegable para imaginar los próximos 4 años. Aquí comienza el dilema, qué punto de partida tomamos para analizar esta realidad compleja, la pre pandemia, el endeudamiento escandaloso con el FMI del anterior gobierno, que condicionó a la actual gestión económica, o revisamos los últimos 20 años.
Necesitamos pensar claramente si queremos un Estado presente que acompañe y respalde la obra pública, servicios, educación y salud, o un Estado espectador que mira como el mercado acomoda sus jugadas para unos pocos en desmedro del interés general.
La historia nos muestra que cuando el Estado estuvo ausente la verdad se escondió en cajas de seguridad, y lo único que crecía era la desigualdad.
Sin justicia social la población se pauperiza y se agranda la grieta social. Sin independencia económica sobrevivimos con las migajas que nos arroja el FMI solo para pagar deuda. Sin soberanía política somos rehenes de la estrategia geopolítica de grandes corporaciones que actúan en connivencia con estados poderosos.
La historia contiene un reservorio de respuestas para repensar el presente, muy útil, particularmente, para que los más jóvenes puedan conocer a quienes pensaron en la Patria y, a la vez, observen las falsas antinomias propuestas por quienes usaron la Patria para sus propios intereses.
Hoy, muchos jóvenes buscan atajos rápidos para obtener un cargo, y se alinean tras liderazgos frágiles construidos por una derecha que acecha desde los discursos de odio. Esos relatos no se asientan en fuentes confiables y desconocen los grandes hitos de la historia, por ejemplo, como lo fue el primer gobierno peronista.
Si no conocemos nuestra historia seguiremos condenados a repetirla, porque sin ese recurso intelectual quedaremos limitados para desarrollar un sentido crítico ante la retórica del fracaso. Si no hay revisión de la historia con un sentir nacional, lamentablemente caeremos otra vez en manos de prestidigitadores del marketing efectista y nos venderán nuevamente espejitos de colores como en la Conquista de América.
Es tiempo de pensar la Patria para cuidar del prójimo, que es el que tenemos más cerca y también el que quedó en el camino. Para reconstruir la paz social es vital que elaboremos proyectos políticos basados en los principios de la justicia social. A partir de allí, se pueden colocar los cimientos para construir un edificio social más ordenado, lo que permitiría diseñar una geografía apta para el desarrollo económico.
El ánimo social es un engranaje fundamental que permite mover otras piezas de la maquinaria político-económica, y eso solo es plausible con un Estado presente, porque permite que todos puedan tener oportunidades.
La Patria se construye con todos adentro, Jesús decía que no debemos hacer acepción de personas.
El mercado administra intereses particulares sin pensar en el bien común. En cambio, un Estado presente piensa en el bien común para que interese cada persona. El peronismo asumió ese rol de gestión estatal y supo construir escenarios dignos desde la justicia social. Hoy, es necesario reordenar prioridades, es posible, porque el peronismo supo reinventarse y sabe cómo dar oportunidades para todos.
*Magíster en Comunicación e Imagen Institucional